jueves, 18 de febrero de 2010

de 0 a 12

Tenemos una linda casota comunal en la que vivimos muchos amigos, adultos contemporáneos. De pronto un par de ellos, una linda pareja con un pequeño de 10 años deciden ¡adoptar! no uno más, sino 10 niños!!! entre 6 meses a 12 años. 

Me gustan los niños y trato de ser tolerante con su decisión, sólo espero que no pretendan que yo me responsabilice por ninguno de ellos.

Soy amable cuando comienzan a llegar los pequeños, de dos en dos. Entonces comienzo a sentirme muy estresada, me doy cuenta que tenemos que reacomodar toda nuestra casa y también nuestro estilo de vida en torno a los pequeños. HORROR!!! Pañales apestosos, babas y mocos por todas partes, ruido a todas horas. De pronto exploto!!!: yo creo que tenemos que poner algunas reglas, mi argumento es que no es que no me gusten los pequeños, es sólo que me preocupan mis perros (no me atrevo a confesar que detesto todo lo demás).

¿Qué pasaría si uno de los niños abre la puerta sin cuidado y mis perros se escapan? ¿Qué haría yo sin El Santos? y de pronto me pongo a llorar… no sólo por el miedo de perder el santos, sino también todo lo demás…

Despierto…sólo fue un mal sueño!

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