miércoles, 6 de agosto de 2008

Totalmente palaciooo...completamente dormida

Ayer fui a pagar mi tarjeta de crédito del Palacio de Hierro, la tienda departamental más nice de la ciudad. Me di cuenta de que ya liquidé el viaje a Cuba que hice el verano pasado, el cual pagué a 12 mensualidades sin intereses. Eso me hizo reflexionar que tengo el saldo suficiente para comprarme una computadora nueva, justo ahora que hay una promoción de 20% de descuento a 18 mensualidades sin intereses y comenzando a pagar en noviembre con mi tarjeta palacio.

Así que decidí dirigirme a la segunda planta a ver los precios de las laptops, todas se me antojaron, sobre todo las más caras. Se ven tan lustrosas y potentes, fabulosas al lado de mi carcacha actual. Me informaron que la promoción terminaba al dia siguiente . Así que tenía esa noche para pensarlo, ya que mis finanzas no están en su mejor momento y es un gasto fuerte, aunque sea mensual, no inmediato y sin interés alguno. Me acosté y puse el despertador ocho en punto, al otro día no tenía que ir al trabajo, así que me dormí considerando la posible compra del aparato nuevo.

Abro los ojos antes de que el despertador suene, quiero ser la primera en entrar al Palacio de Hierro, he decidido comprar mi lustrosa Lap Top. Me doy prisa, tanta, que olvido quitarme la piyama, lavarme la cara y cepillar mi pelo. Me doy cuenta de mis fachas ya en el auto, pero no importa, es tan temprano que seguro no me encuentro a nadie.

Llego y la tienda está hasta su madre, todomundo madrugó, nimodo, haré como si anduviera de lo más elegante, en este mundo lo que cuenta es la actitud. Me atiende una vendedora, no de muy buena gana. Le pregunto: "por qué me trata así, ¿no me cree que voy a comprar?". Sonríe y me muestra los diversos modelos, me convence de comprar una computadora de escritorio, que tiene un buen precio (9,00o pesos/900USD) y además un monitor gigantesco, perfecto para mi debilidad visual.

Luego de hacer el pago la vendedora me invita una Margarita en el bar de la tienda, no dejo de pensar en que me urge estrenar mi nueva asquisición, pero decido brindar antes por ella, aunque debo confesar que comienzo a sentirme ya bastante apenada por la piyama y las pantuflotas. Llega el gerente de área, muchacho alto y bastante guapetón y me felicita por mi computadora Termino mi bebida y cuando voy dejando la tienda, la vendedora me alcanza corriendo, me explica que el gerente quiere hablar conmigo. Regreso a la tienda y cada vez hay más gente que no deja de observar mi piyama, lo cual me dificulta mantener una actitud elegante.

El gerente me ofrece un trabajo en la tienda, al parecer me encontró dotes de vendedora y menciona que mis conocimientos de cómputo me favorecerán en tal labor, estoy pensando en cómo decirle "no muchas gracias", cuando me explica que me pagará 4 veces más que mi sueldo actual. Entonces sí comienzo a considerar la oferta, total vender computadoras no debe ser tan malo, comienzo a visualizarme con mi uniforme vende que vende, cuando en medio de tal meditación suena el despertador.

Ya con la luz del sol, decidí que no es prudente comprar una computadora en este momento, pero un trabajo con ese sueldo que bien me caería!!! veamos que me depara este día.

4 comentarios:

Jorge dijo...

Semillin, me gustaría tener esa foto tuya en piyama y con tus super pantuflas.También me "preocupa" que el consumo este entrando en nuestros sueños. Post muy entretenido!

Semilla dijo...

el consumo me consume chaparrito!!!

voy a tomar la foto en el siguiente sueño ;)

humberto acciarressi dijo...

Pago por verte en piyama y con esas pantuflas. El sueño, caja de Pandora que depara algunas de las mejores y peores cosas. Un beso desde Buenos Aires.

Semilla dijo...

Humberto! Que bien que te das una vuelta por acá... un abrazo desde el norte para ti!

Cuando tenga mi foto en piyama se las comparto